¿Alguna vez te has parado a pensar por qué te conformas con tan poco? ¿Por qué te aferras a migajas de atención como si fueran un banquete? ¿Por qué cada vez que recibes un «hola» después de días de silencio, te emocionas pensando que le interesas?
Vamos a hablar claro: te has convertido en un adicto/a a las migajas emocionales. Y lo peor es que te encanta. Porque, al menos, esas migajas te dan algo a lo que agarrarte, ¿verdad? Algo que te hace sentir que, tal vez, sólo tal vez, esa persona sí se fija en ti.
Pero aquí está el problema, y es gordo: las migajas no alimentan. No llenan. Solo te mantienen en un ciclo de hambre emocional, rogando por un poquito más, esperando que algún día, por arte de magia, esa persona decida darte el pan entero. Pero sabemos, tanto tú cómo yo, que ese día no va a llegar, porque las personas que reparten migajas nunca te van a dar un banquete. No es que no puedan, es que no quieren. Y tú, en lugar de irte a buscar a alguien que te ofrezca un plato lleno, te quedas ahí, agachada/o, recogiendo las sobras que caen de su mesa.
Miedo a la soledad
¿Por qué lo haces? Porque tienes miedo. Miedo a estar sola/o. Miedo a que nadie más te elija. Miedo a admitir que mereces más pero no sabes cómo exigirlo. O peor aún, miedo a que no mereces algo mejor. Así que prefieres seguir mendigando. Porque, al menos, mientras tengas algo, aunque sea mínimo, puedes engañarte pensando que no estás tan mal.
Te voy a decir algo que no te va a molar nada, pero si tienes que rogar por atención, esa persona no te quiere. Si tienes que justificar su indiferencia, esa persona no te valora. Si te conformas con migajas, nunca sabrás lo que es ser prioridad.
Tú no eres un perro callejero. No tienes que conformarte con las sobras que otros deciden tirarte. Mereces amor completo. Presencia. Compromiso. Respeto.
¿Cuántas veces más vas a permitir que te traten como una opción? ¿Cuántas lágrimas más vas a secar por alguien que ni siquiera nota que lloras? ¿Cuánto tiempo más vas a perder esperando a que cambie alguien que nunca ha tenido intención de hacerlo? Hoy puedes decidir dejar de mendigar. Hoy puedes elegir dejar de conformarte con migajas. Hoy puedes empezar a creer que mereces un amor que no te haga dudar. Y si no sabes cómo hacerlo, yo te ayudo. Porque el amor no debería ser una lucha constante por atención. Debería ser paz. Debería ser seguridad. Debería ser hogar.
¿Vas a seguir conformándote con migajas? ¿O vas a levantarte y exigir lo que realmente mereces?
¿Te suena? Si estás cansada/o de mendigar amor, escríbeme. Te ayudo a sanar, a soltar lo que no te sirve y a construir relaciones donde seas prioridad, no una opción.
Las claves
1️⃣
La realidad que duela
🔹 Si tienes que rogar por atención, esa persona no te quiere
🔹 Si justificas su indiferencia, estás traicionándote a ti mismo/a
🔹 Las migajas no alimentan, solo te mantienen en un ciclo de hambre emocional
2️⃣
Preguntas que sacuden
🔹 ¿Cuántas lágrimas más vas a secar por alguien que ni nota que lloras?
🔹 ¿Cuándo dejarás de conformarte con sobras de amor?
🔹 ¿Realmente crees que mereces esto?
3️⃣
Las verdades que liberan
🔹 No eres un perro callejero: mereces un banquete, no migajas
🔹 El amor no debería ser una lucha por atención, debería ser paz
🔹 El día que dejes de mendigar, descubrirás lo que es ser prioridad
🌟
Es hora de actuar
Si estás cansado/a de conformarte con migajas, escríbeme. Te ayudo a sanar y a construir relaciones donde seas EL PLATO PRINCIPAL, no una opción de última hora.


